DONDE EL SOL SE CALLA Mientras los otros brindan, yo los miro cómo de cada instante se están yendo por la memoria adentro y deshaciendo hasta quedar en sólo un vago giro de sombras y en apenas de suspiro que va mi frágil verso estremeciendo. Pues también yo el que fui ya no estoy siendo, los ojos que aparté entonces los viro hacia la parte donde el sol calla. Y alzo mi copa vuelta sombra a sombras como un espectro más, desvanecido. Así por fin el que leyendo vaya _ y no sabré jamás cómo te nombras_ Ha de verse también hecho de olvido.