Más Allá de la Frecuencia Cardiaca.


Por Joe Friel.
Traducido por Victor Zavala.


El monitor de la frecuencia cardiaca o pulsómetro inalámbrico surgió a inicios de los años ochenta y el entrenamiento no ha sido igual desde entonces.
Mientras que la mayoría de los cambios que ha traído el pulsómetro han sido positivos, tal vez nos hemos preocupado demasiado del pulso. Trataré de explicarme.

Usos y abusos de la frecuencia cardiaca.

Antes del pulsómetro, los atletas de muchos deportes checaban manualmente su pulso, esto era poco representativo porque era necesario detener la actividad y contar las pulsaciones.
Es lógico que hubiera muchos errores. Con el pulsómetro, la actividad puede continuar normalmente y se asegura la confiabilidad.

Conforme los entrenadores y los atletas aprendieron a utilizar el pulsómetro, el entrenamiento cambió en la mayoría de los casos para bien. El pulsómetro era un entrenador en la muñeca asegurándose de que lo tomáramos con calma en los días relajados y que nos esforzáramos cuando debiéramos.
El entrenamiento se volvió gradualmente más científico en los 90's debido a esta tecnología.

En el lado positivo.

La frecuencia cardiaca es eficaz para calibrar el esfuerzo de ciertos tipos de entrenamientos, especialmente paseos ciclistas o carreras a un paso cómodo.
Te mantiene al tanto de lo que el cuerpo experimenta, por ejemplo, cuando la temperatura del aire, humedad y ansiedad son extremas.

El entrenamiento basado en la frecuencia cardiaca tiene limitaciones.

Una es que no es sensible a cambios súbitos en el esfuerzo. Cuando haces intervalos, por ejemplo, la frecuencia cardiaca tarda varios segundos e inclusive minutos, para emparejarse con el nivel de trabajo. Debido a esto algunos atletas han decidido que un intervalo no empieza verdaderamente hasta que la frecuencia cardiaca alcance el nivel prescrito.
Esto incrementa artificialmente la duración de los intervalos. Para los otros sistemas del cuerpo, el intervalo comenzó en cuanto el esfuerzo aumentó, no cuando la frecuencia cardiaca lo alcanzó.

Para intervalos más cortos que aproximadamente dos minutos, la frecuencia cardiaca tiene valor limitado y es inútil para repeticiones cortas, tipo arrancones. Todavía muchos tratan de poner una intensidad a tales entrenamientos basada en la frecuencia cardiaca.

Otro mal uso del monitor

Es el llegar a conclusiones sobre nuestra forma física a partir de la frecuencia cardiaca alcanzada en determinado ejercicio. De algún modo muchos han llegado a la conclusión de que si la frecuencia cardiaca del entrenamiento está alta, eso es bueno y si está baja, eso es malo. O si no se puede alcanzar la frecuencia deseada en un entrenamiento, algunos creen que es mejor detener la sesión. No existen tales correlaciones establecidas entre la frecuencia cardiaca, desempeño y sobreentrenamiento.

Los atletas también han llegado a creer que el propósito del entrenamiento es elevar la frecuencia cardiaca. Esto lleva a una punto de vista miope del entrenamiento, uno en el que el sistema cardiovascular es lo único que nos preocupa. Hay muchos otros sistemas que merecen atención durante el entrenamiento, incluyendo a los sistemas muscular, nervioso, pulmonar y de producción de energía.

Más allá de la frecuencia cardiaca.

¿Esto significa que debo dejar de usar un pulsómetro? No.

Es importante, sin embargo, que te des cuenta de tus fuerzas y debilidades. Utilizado para esfuerzos firmes abajo del umbral de lactato, es bastante eficaz. Para entrenamientos como intervalos, arrancones y repeticiones en cuestas, sería mejor utilizar algún otro marcador de intensidad.

Las siguientes son buenas alternativas para tales sesiones.

Valuación del ejercicio realizado (VER):
Antes de que hubiera pulsómetros, velocímetros o relojes, los atletas basaban la intensidad de sus entrenamientos en su percepción de que tan duro era el esfuerzo. Aun ahora, con toda la tecnología que tenemos, éste es un método eficaz. El poner mucha atención a la respiración, fatiga muscular y acumulación de ácido láctico nos da una medida buena de que tan duro trabajamos.
De hecho, los atletas experimentados tienen tan bien desarrollado el sentido de percepción del ejercicio que la mayoría puede precisar una intensidad, como el esfuerzo anaeróbico, casi tan bien como un científico puede hacerlo utilizando toda clase de equipo sofisticado. Una manera de mejorar esta habilidad es asignarle un número a cada esfuerzo, usa una escala del 1 al 10, con 1 siendo bastante fácil y 10 un esfuerzo máximo.
Cuando hagas intervalos u otros esfuerzos intensos cortos, trata de poner menos atención a tu muñeca y más a todo cuerpo.

Rapidez/paso:
El sistema más común históricamente utilizado por corredores es calibrar la intensidad basándonos en puntos de la referencia del paso.
Por ejemplo, los pasos de carrera de 10km y 5km son excelentes para juzgar que tan duro correr ciertos tipos de intervalos en una pista u otro curso medido. Al tomar tu paso por kilómetro en una reciente carrera de 10km y agregándole 10 segundos, tendrás una estimación buena de tu paso de umbral anaeróbico.

Para empujar tu capacidad aeróbica, corre intervalos aproximadamente 20 segundos por kilómetro más rápido que tu paso de 5km. Una vez que te vuelves adepto a juzgar tu paso, puede que seas capaz de predecir tus tiempos para cada intervalo y que éstos se encuentren a unos cuantos segundos de los tiempos reales.

La rapidez en una bicicleta no es lo mejor para juzgar que tan duro haces los intervalos debido al efecto del viento. La próxima alternativa a la frecuencia cardiaca, sin embargo, cumple este problema.

Potencia:
A comienzos de los 90s se introdujo un aparato, fabricado en Alemania, para medir con precisión la potencia de una bicicleta en la carretera: el Schoberer Rad Messtechnik (srm). Con un potenciómetro srm, un ciclista podría ponerse metas de entrenamiento de potencia y hacer entrenamientos de intervalos que estrechamente imitaran o que excedieran los requisitos del deporte. Ya que la potencia no es afectada por el viento o las cuestas, es una manera excelente de calibrar la intensidad.
Sabemos que la potencia está directamente relacionada con el desempeño del ciclismo. Mientras más potencia puedas generar, mayor es tu potencial de obtener buenos resultados en competencias.
El problema de monitorear la potencia es el costo. El srm se vende entre $2000 y $3500 dólares, dependiendo de la exactitud del modelo. Ése es un gasto muy pesado en un deporte que ya es costoso. Pero ahora hay otra alternativa. Un nuevo potenciómetro fabricado en EE.UU., llamado PowerTap, acaba de salir a la venta en tiendas de bicicleta y catálogo por aproximadamente $770 dólares. Para entrenamiento estrictamente en interiores, el CompuTrainer, se vende aproximadamente en $1150 dólares y también proporciona lecturas de la potencia.

Los potenciómetros son el futuro en entrenamiento para ciclismo. En unos años todos hablaran de vatios y kilojoules, de la misma manera que ahora hacemos con las pulsaciones. De nuevo, no quiero que se deshaga de su pulsómetro. Sólo no se vuelva tan obsesionado con él que pierda de vista el objetivo del entrenamiento: una mejor ejecución.

Mezclar la frecuencia cardiaca con una o más de estas otras medidas de intensidad, hará un programa de entrenamiento más completo y eficaz.

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